El sombrero de Cala (I): El Teti Autora: Tania Ramos
-¡Cala, Cala apúrate que se te va a hacer tarde, están esperando por ti! -y repetía la madre- no hagas esperar a tus amigos… Pero, ¿dónde se ha metido esta muchachita? -insistía.
-¡Ya voy mami!
-¡Ahhhh!, ¿ya estás lista? No te olvides del sombrero, mira que hay mucho sol, no vaya hacer que cojas una insolación. Después te estás quejando del dolor de cabeza.
Y Cala cogía aquel sombrero, su fiel compañero, el cual tenía su historia. La acompañaba a todas sus aventuras. Se lo había hecho su abuelo canario. Era de yarey y le había puesto una cinta roja que él decía que era para el mal de ojo.
Algo cerca de allí estaba Teti apurando a la abuela para que terminara la merienda que iban a llevar. También estaba Chondro, su fiel amigo. Eran los nuevos amigos de Cala. Ellos se habían hecho inseparables compañeros de ella desde que había llegado de vacaciones y juntos ahora iban a iniciar una aventura.
-Abuela, ¿pusiste frangollos?
-Sí, y además puse boniatillos con canela.
Han pasado siete noches desde la última luna llena. Corría el mes de julio y la luna sería hoy cuarto menguante, y en el río Toa, en Baracoa, estaba todo preparado para darle la bienvenida al Teti.
Cala y sus amigos se habían apuntado a recibirlos.
Teti estaba acostumbrado, ya que vivía allí, es más le habían puesto ese nombre, por eso.
Y sucedía que Cala, Teti y Chondro se preparaban para un hecho extraordinario y a la vez único.
Cala salía al encuentro con sus amigos.
-¿A qué hora llegan los Teti?
-¡Calma, calma todavía falta…!
Por el camino, Teti le explicaba a Cala mientras ésta se arreglaba el sombrero:
- El Teti es un pez muy pequeño, de agua dulce, sus escamas tienen tanto brillo que a veces parecen transparentes. Es símbolo de alegría y abundante comida. Viene desde las entrañas del mar y sube por las desembocaduras de los ríos Duaba, Toa y Miel. Viene en las lunas menguante de julio a enero.
En esa época los “ tetiseros” arman sus casas al lado del río. Viven y comen de la pesca.
La llegada del cardumen nada en contra de la corriente. Verás, con el brillo de la luna, el cardumen va compacto. Semeja una serpiente gigantesca que sólo se interrumpe en los recodos del río.
Su arribo es un suceso muy importante para nosotros, pues su peculiar y delicioso sabor hace que sea el plato más apreciado de la región baracoense. Es un alimento vigorizante.
En ese momento, Evaristo, el padrino de Chondro, que los había alcanzado por el camino, intervino: -Si, pero no te fíes de su pequeño tamaño, porque cuando llega el momento arremete con tanta fuerza las aguas dulces de los ríos en contra de su curso normal, o sea, en contra de la corriente buscando quien sabe qué….
A lo cual, Cala preguntó intrigada:
-Entonces, ¿cómo lo pueden pescar?
Bueno, la verdad, su pesca se realiza con cuanto utensilio se tenga a mano. Nosotros lo hacemos con una fina malla, que se estira debajo de la superficie del agua.
Bueno-dijo Chondro que estaba hambriento, vamos a merendar antes de que arriben los Tetis…
-¡Ummm!, ¡¡¡que rico está el frangollo!!!
Mi abuela lo hace con harina de maíz, como se hace en Canarias- dijo Cala.
-Pero, aquí en Baracoa se hace con harina seca de plátano. ¿Cuál te gusta más Cala?- preguntó Teti.
-Pues a mí, la verdad, los dos.
-Pues a mí, el de aquí de Baracoa -respondía Chondro.
-¿Qué tal Cala el boniatillo?
-¡Muy sabroso, si, si!
- ¿A qué te supo, Cala?
- Pues a batata, a boniato como se le dice aquí.
- Pues sí, es un dulce de boniato con canela.
Al fin llegaban los Tetis. Inmediatamente, Teti, Chondro y su padrino estiraban una fina malla bajo la superficie del agua, agitada por los pececillos, que saltaban sin parar…
-Mira,Cala el desorden que arman.
- Si, hasta el agua cambia de color y parece que está hirviendo.
Cala no salía de su asombro, aquellos diminutos peces saltaban con tremenda fuerza.
Estuvieron un rato en la pesca hasta que Evaristo, dio por terminada la faena.
-Ya es suficiente por hoy. Vamos que nos espera un buen ajiaco que hizo la abuela y a recogerse que mañana hay que trabajar.
Comieron y repitieron. La abuela de Teti cocinaba muy bien. Estuvieron conversando de Canarias y de Cuba. Cala les explicaba los paisajes de Canarias y les decía que no había ríos, que por ello estaba tan impresionada con el caudaloso río Toa y los Teti. A lo cual, Chondro que siempre quería sobresalir, le decía: -Y no has visto nada, la de sorpresas que te esperan…
Ya llevaban un rato hablando y mirando los cocuyos, esos insectos que alumbran las noches cubanas, cuando Evaristo dijo:
-Ya vamos a dejar la conversadora y a recogerse que mañana hay que empezar a elaborar el plato que vamos a presentar a Concurso.
-¿A Concurso? -preguntó Cala intrigada.
- Si, Cala. Todos los años se hace un Certamen donde se presentan los platos hechos de Teti. Se dan tres premios: al mejor elaborado, al más popular, y al más creativo.
En ese momento Chondro que había estado muy callado dijo: -Total…nunca cogemos ningún premio.
-No importa, insistimos- concluyó Evaristo.
Trabajaron duro, ensayando platos.
Cala recordaba algunas salsas de su abuela canaria, como el mojo verde y daba ideas que nunca antes la habían hecho.
Llegó el día del Certamen. Todos estaban muy nerviosos. Cala con el calor que hacía tenía las manos frías.
Ya habían dado todos los premios y se veía la tristeza en las caras de nuestros amigos, cuando, el jurado dijo: -Tetiseros, este año se ha creado un Premio Especial a la originalidad y ha recaído en Teti, Chondro y Cala, a quienes damos nuestra enhorabuena por su trabajo y esfuerzo.
Era indudable las ideas de Cala habían conducido al Premio.
-¡Hurraaaaaa! -gritaban a coro Cala y sus amigos mientras se abrazaban y saltaban de la alegría.
Alguien orgulloso miraba a los muchachos: era Evaristo.