Mi tierra bella es un archipiélago bañado por el mar azul,

el sol dorado lo ilumina y dibuja un sinfín de espejos,

como si florecieran los picos entre los reflejos,

desde mi ventana lo descubro entre las cortinas de tul.

 

Sus montañas elevadas de color verde esmeralda,

renacen en cada aurora los pinos, nogales y laureles,

los barrancos profundos y llenos de caudales,

las laderas de margaritas y helechos te invitan a la reflexión sosegada.

 

Las mareas bailan al ritmo de la luna plateada,

y bañan una y otra vez las orillas de la arena, 

me siento a contemplar el agua de manera serena;

tus ojos color miel me dejan embelesada.

 

La lava de los volcanes se impone entre las playas mojadas,

brilla como tu pelo negro azabache,

a veces se confunde con el paisaje de la noche, 

mi tierra es una mezcla de diamantes que me tiene loca enamorada.

 

© Isa Hdez.

 

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