II Jornada de Convivencia Acte Lanzarote

Este año, la II Jornada de Convivencia Acte Lanzarote, volvió a reunirse en el Centro Cívico de Costa Teguise. Ante todo nuestro agradecimiento al Ayuntamiento de Teguise por cedernos el espacio para hacerlo realidad.

Con nuestros compañeros Lorena Curbelo y José Vidal, apoyados por Pablo Martín, nuestros delegados en la isla, y dos miembros de la directiva llegadas desde Tenerife, Luisa Chico y Pili Gil-Roldán, se reunieron los compañeros residentes en la isla que pudieron acudir esa tarde.

El encuentro comenzó con un almuerzo en el Wok Santa Rosa, de la zona, para luego desplazarnos todos hasta el Centro Cívico y compartir allí una tarde donde la literatura y la amistad fueron los protagonistas.

Sin olvidarnos de los libros de cada uno, que propiciaron una maravillosa excusa para conocer el trabajo de los compañeros en una tertulia distendida y cercana que hizo las delicias de todos los asistentes.

También se presentó la última antología publicada por Acte Canarias, Ecos del camino, en la que había participado de esa isla Tere Perera, Lorena Curbelo y José Vidal, quienes recibieron sus libros para el recuerdo.

Y hablamos de lo felices que nos hace la apertura, en este año, de dos eventos fijos en Acte Lanzarote, La TERTULIA DEL MAR, de la mano de Lorena Curbelo, y el Club de Lecturas poéticas, conducido por Manuel Concepción en el municipio de Tías.

No faltó el café que aportaron nuestros anfitriones para acompañar la tarde de letras, unas pastas, la inesperada visita de Carlos Cejudo, quien no quiso perdérselo a pesar de que ya no ostenta dicho cargo y estar operado recientemente de una rodilla, algo muy de valorar por su parte, y como no podía ser de otra forma el fantástico cierre con un concierto privado del maestro Domingo Corujo, socio y amigo de Acte desde que nos conoció y al que le estamos profundamente agradecidos por su generosidad.

Les dejo con las palabras escritas y leídas por José Vidal esa tarde, porque creo que reflejan el espíritu Acte en cada renglón.

LANZAROTE: TIERRA DE PALABRAS

Entre malpaíses y volcanes dormidos, nacen las palabras como agua de fuego. Somos los guardianes de historias antiguas, los que hilan versos al compás del viento.

Lanzarote, musa de negra silueta, de Manrique hija, de Saramago amante. Tus playas doradas, tus cielos inmensos, son tinta que fluye en páginas errantes.

Aquí nos reunimos, artesanos del verbo, bajo el sol que pinta de ocre los senderos. Nuestra pluma danza sobre el lienzo blanco, como olas que besan los riscos costeros.

En cada palabra late tu esencia, isla de contrastes, de fuerza y belleza. Los escritores somos tus fieles testigos, guardianes del alma que en tus rocas besa.

Hoy nuestras voces se unen en coro, tejiendo puentes de letras y sueños. Somos la memoria de esta tierra mágica, donde los silencios también son poemas.

Lanzarote, forja de espíritus libres, crisol de culturas, de historias y credos. En esta jornada de hermandad literaria, celebramos juntos tu eterno misterio.

Porque en cada rincón de tu piel volcánica, habita un relato que espera ser contado. Y nosotros, humildes artífices de historias, rendimos tributo a tu nombre sagrado.

LA ISLA QUE ESCRIBE CON LAVA

Hay lugares en el mundo que parecen haber sido creados para ser narrados, para ser descritos con la minuciosidad de quien observa un milagro ante sus ojos. Lanzarote es uno de esos lugares, una isla que escribe su propia historia con caracteres de basalto y puntuación de espuma marina.

Nos reunimos hoy aquí, en esta segunda jornada de convivencia, como peregrinos de la palabra que buscan en el paisaje lunar de esta isla la inspiración que alimenta nuestros sueños. Somos escribientes de distintos orígenes, de diversas sensibilidades, pero nos une el amor por esta tierra que César Manrique supo interpretar como nadie, transformando su aparente aridez en un canto a la vida.

Los escritores canarios somos herederos de una tradición que ha sabido mirar al océano como fuente inagotable de metáforas. Nuestras plumas han navegado entre islas, han saltado de Galdós a Tomás Morales, de Mercedes Pinto a Pedro García Cabrera, creando un archipiélago literario tan diverso como nuestro propio territorio.

En Lanzarote, la palabra adquiere un peso específico, como las piedras negras que adornan sus caminos. José Saramago encontró aquí su refugio, su particular Ítaca desde donde contemplar el mundo con ojos críticos y compasivos. Y antes que él, Agustín Espinosa descubrió en sus paisajes el surrealismo que la naturaleza, caprichosa alquimista, había moldeado durante siglos.

Los Jameos del Agua, los Hervideros, La Geria... cada rincón de esta isla es un capítulo de un libro que nunca termina de escribirse. Y nosotros, humildes artesanos de la narración, tenemos el privilegio de añadir nuestras propias páginas a ese volumen colectivo que es la cultura canaria.

Esta jornada de convivencia es más que un encuentro entre colegas; es una celebración de la diversidad creativa que florece en nuestra comunidad, un testimonio de que la literatura sigue viva, palpitando como el corazón de un joven volcán, en cada uno de nuestros versos y relatos.

Brindemos, pues, por esta isla de fuego y agua, por sus gentes hospitalarias, por los escritores que nos precedieron y por aquellos que vendrán después. Porque en Lanzarote, como en ningún otro lugar, la realidad supera a la ficción y, sin embargo, nos impulsa a seguir imaginando, a seguir escribiendo, a seguir creyendo en el poder transformador de las historias.

Que nuestras palabras sean dignas de la grandeza de esta tierra única, y que esta convivencia fortalezca los lazos que nos unen como comunidad literaria canaria, como guardianes de un legado cultural que, como las coladas de lava que modelaron Lanzarote, sigue fluyendo, transformándose y creando nuevos paisajes para las generaciones futuras.