SECCIÓN PALABRAS DEL ALMA
Adiós al verano, adiós a los días sin horarios, a esos días un tanto desordenados y llenos de momentos festivos en compañía de familiares y amigos. Época de viajes, y no porque sea la mejor fecha, sino porque es cuando las obligaciones laborales y escolares nos lo permiten. Septiembre es un buen mes para iniciar nuevos proyectos o reanudar aquellos que dejamos a medias, interrumpidos por la locura veraniega.
Aquí, reanudo mi nueva etapa con mi sección “Palabras del alma”, pero no en nuestra recordada revista Tamasma Cultural sino en la revista de Acte Canarias, donde los mismos compañeros (y otros más) seguiremos encontrándonos con nuestros lectores. Hoy hablaré de un problema acuciante que agobia a demasiadas personas.
Vaya por delante mi premisa: “Todo ser humano tiene derecho a la vida y a tener lo necesario para vivir con dignidad”. Cada día podemos oír lo que parece una misma noticia, pero no lo es: la llegada a las costas canarias de cientos de migrantes procedentes del continente africano.
Las distintas fuerzas políticas se enzarzan en largas y agresivas discusiones y la gente del pueblo mira con preocupación, con indiferencia y otros muchos con miedo. Hay gente sensata e inteligente que ve con dolor e impotencia este gran drama actual; sensibles a cómo estas personas viven hacinados, deambulan por calles y plazas; también he visto cómo de la noche a la mañana desaparecen sin comprender cómo.
Europa se ha aprovechado de los recursos de África (no solo Europa) durante siglos, sin permitir el progreso de los nativos, de los pueblos africanos. Es por ello que tienen la obligación moral (y no solo como prójimo) de tomar medidas para resolver este grave problema. A los que han llegado no podemos negarles el agua y el pan, pero esto no soluciona el problema. Son millones de seres los que viven en condiciones infrahumanas.
Canarias es un territorio pequeño, fragmentado, pobre y sensible, la naturaleza no puede resistir tanta presión. Así que, es evidente que hay que tomar otras medidas más eficaces. ¿Hasta cuándo pueden estar llegando migrantes sin que las islas Canarias se conviertan en una selva humana?
La solución al problema hay que buscarlo en los lugares de origen, y así como en otros momentos de la Historia no han tenido el menor pudor para actuar en todo ese vasto territorio africano para el bien propio, que no lo tengan ahora para contribuir a la solución de un problema que se cobra tantas vidas humanas y otras tantas tragedias personales y familiares. Tiene que haber una solución. Tiene que haberla sí o sí.
Seguro que la hay, pero ¿a quién interesa que esta (y otras) situaciones parecidas se prolonguen en el tiempo? ¿Dónde están los todopoderosos? ¿Qué secreto guarda este drama?
Las leyes internacionales, la ONU, la Declaración de los Derechos Humanos, la OMS, etc., ¿tienen alguna utilidad? ¿Sirven para solucionar algún conflicto? Tengo serias dudas sobre la verdadera razón de por y para qué fueron creadas.
El genocidio en Gaza es otra incomprensible situación. Será para otro momento, ahora no soporto tanta tristeza.
La Laguna, 25 de agosto de 2024