Las estrellas de ocho puntas
se pusieron a bailar
y en cada una llevaban
escondido su cantar.
Enumeraban las formas
practicando sin cesar
con destellos de colores
que mucho las hacen brillar.
En el centro de las estrellas
pacientes han de guardar
el mundo donde habitan
cuando se van a acostar.
El baile sigue su curso
ensayando sin parar
siguiendo su coreografía
visto desde cualquier lugar.
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