Hablar del premio Canarias de Literatura 2022, Elsa López, no es difícil para mí por mi relación con ella desde joven, primero de forma esporádica y en los últimos años de forma continuada.
De Elsa se puede decir muchas cosas como escritora, pero muchos desconocen su parte más humana: implicada con las causas perdidas, generosa sin hacer distinciones, reivindicativa, muy empática, cariñosa y sobre todo muy humilde.
Es una mujer que ha crecido por la educación recibida y sobre todo es el fruto de sus vivencias a lo largo de su niñez y juventud, que la marcaron para siempre y de ahí sus poemas llenos de nostalgia, olores, amigos que ya no están y otros personajes que han ido conformando su existencia.
Siempre fue una mujer con inquietudes de todo tipo. Ha sabido escuchar y por eso habla de todo.
Fue capaz de hacer obras de teatro en su juventud, como “El Avaro” y “Antígona”, que fueron televisadas en lo que antiguamente se llamaba “Estudio 1” y trabajar con grandes artistas.
Le gusta el campo y eran famosas sus excursiones a Garafía en su pequeño Seat 600 de color rojo en busca de información para su tesina y luego tesis doctoral. Era de admirar como se sentaba con esas mujeres y hombres de ese mundo rural, haciéndoles preguntas que luego ella anotaba para sus estudios de Antropología o como nos hizo descubrir otro mundo escuchando en el cassette de su coche canciones protesta: “Te recuerdo Amanda” del chileno Víctor Jara o de Mercedes Sosa.
Dentro de ese mundo de Elsa no existe la malicia y por eso fue en un período de su vida, quizás el más feliz desde el punto de vista personal, muy criticada por aquellas personas inmovilistas y retrógradas, incapaces de ver más allá de las imposiciones del momento. Aunque ella no lo diga sufrió mucho al sentirse incomprendida, pero gracias a ello nacieron sus primeros libros de poemas como “Del amor imperfecto”, recibiendo el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla, siendo la primera mujer que gana este premio. A partir de ese momento no cesaría su obra ni los reconocimientos por su labor.
Ha viajado como invitada por diferentes países latinos y europeos, se ha relacionado con grandes escritores y poetas, pero ella ha dicho muchas veces que donde más feliz se siente es entre los jóvenes de los centros de Enseñanza, que le encanta hablarles y que ellos le cuenten, pues siempre aprende algo nuevo. Eso es lo interesante de Elsa, sus ganas de saber y su capacidad para relacionarse con todo tipo de personas.
Para finalizar he de decir que tiene gran sentido del humor y que le encantan los merengues, quizás de ahí le venga esa dulzura que emana de su físico y del tono de su voz, capaz de hacer sentir al que la escucha una paz infinita.
“Este premio no ha sido solo para ella, sino para todas las personas que la han seguido, admirado y querido siempre.”