Nadie-me-dira-quien-soy

 

 

 

 

 

Nadie me dirá quién soy es la primera novela de Miriam Luz Terrero Ramírez y ha sido una de las lecturas que me ha acompañado y más me ha sorprendido este pasado verano. Fue publicada por la editorial Escritura entre las nubes que dirige Elena Morales en marzo de 2020. Y creo que ha pasado un poco injustamente desapercibida entre los cientos de libros que se publican cada año en Canarias, en gran parte, probablemente, por la falta de difusión.

Miriam Terrero Ramírez nació en República Dominicana en 1972 y se ha formado en Diseño de moda en diferentes escuelas de América y Europa. Actualmente reside con su familia en Lanzarote donde ha acudido a diferentes talleres de escritura, colabora habitualmente con Radio Insular realizando entrevistas literarias y donde ha escrito esta novela Nadie me dirá quién soy que, en realidad, son muchas novelas.

Con enorme ambición, una poderosa voz propia y un buen pulso narrativo recorren las más de 400 páginas de esta novela trepidante. Como una muñeca rusa se va descubriendo todo un catálogo de los horrores del ser humano, desde las cárceles interiores a los oscuros abismos que existen en este mundo.

Para empezar el (la) protagonista, Dara, se encuentra en un cuerpo equivocado. Se trata de un hombre que quiere ser mujer, que se siente mujer. ¿Lo logrará? El tema no podría estar más de actualidad con toda la polémica generada en torno a la Ley para la igualdad de las personas trans y la garantía de los derechos LGTBI. Como no podrá ser de otro modo, Dara conocerá enormes dificultades en la búsqueda de su identidad, especialmente al haber nacido en un país islámico;  pero también encontrará solidaridad y amor en las diferentes etapas de su vida y en los distintos lugares donde esta se desarrollará.

Precisamente el amor articula buena parte de la novela, su búsqueda, su encuentro fortuito y, sobre todo, su ausencia. Y todas las clases de amor: el amor de la familia, la amistad y el de la pareja. Tampoco falta la pasión.

Y con la pasión llega el dolor. El dolor que conocerá Dara inevitablemente en sus carnes cuando sufra la muerte de seres queridos, el abandono, la pobreza, la cárcel e incluso la esclavitud, pues por diferentes avatares se verá conducida a todos esos infiernos.

¿La esclavitud en el siglo XXI? Puede parecer un tema muy polémico, pero efectivamente, el viejo tráfico de seres humanos en el que se basó la economía de las sociedades antiguas y, que también afectó especialmente a las personas de raza negra hasta principios del s. XIX en América, continúa existiendo en nuestros días bajo diferentes modalidades en muchos países del mundo: los matrimonios pactados y la trata de blancas que vivirá Dara en su propia piel, así como el trabajo infantil o la mendicidad forzada, etc.

Como podemos observar Miriam Terrero Ramírez no rehúye escribir sobre la violencia, los abusos sufridos por una parte de la sociedad muy vulnerable, encarnada en la protagonista de la novela. No oculta los aspectos más siniestros aunque, por desgracia, reales en la sociedad en la que vivimos.

Y en medio de todas estas tragedias de nuestros días, ¿queda algún lugar para la esperanza? Por supuesto y nunca se pierde en esta novela audaz, llena de exotismo (referencias a la moda, a la gastronomía, a la danza oriental) y giros sorprendentes en un viaje hacia la impotencia, el dolor y la imparable lucha por salir adelante de Dara.

Les recomiendo la lectura de esta novela porque aborda realidades con las que convivimos, conocemos poco y no vemos o no queremos ver; porque nos hace cuestionarnos las enormes desigualdades del mundo en que vivimos, aunque mucho me temo que la realidad es más terrible incluso, por despiadado que parezca, que lo que la autora narra. Si comienzan, no podrán abandonar la historia de Dara y, después, difícilmente podrán olvidarla.