Se me amontonan
los minutos sin verte,
las horas sin sentido,
las lágrimas a solas.
Se me amontonan
los días apurados,
las tareas pendientes,
las semanas que agotan.
Se me amontonan
los meses recorridos,
las estaciones grises,
las dudas que incomodan.
Se me amontonan
las palabras no dichas,
los momentos amargos,
y las noches borrosas.
Sí, se me amontonan
las penas en el alma,
los años en el cuerpo
y el tiempo en la memoria.