Vivimos en esa sociedad
de paliativos entusiastas,
con rostros encalados
tapando cualquier cicatriz
que segregue lo incierto.
Vivimos como acordeones
que no se despliegan,
la música que suena fugaz
en la mente del alzhéimer.
Vivimos sin estar vivos
con un eslogan al barboquejo
que nos rotula la piel
con una felicidad casi impuesta.
Vivimos y ¿Acaso la tristeza y llorar,
no nos salvaba el aliento?
¿Acaso la rabia y el enfado
era un método artificial
que llevaba veneno?
Vivimos, pero solo existimos
en una sociedad de paliativos entusiastas,
con rostros encalados
tapando cualquier cicatriz
que suponga lo cierto, que estamos vivos.
Poema "Sociedad Paliativa". Versión mejorada 2022.
7º finalista Esperanza Espínola, 2021.