Yirelys-Dominguez-Ruiz
Yirelys Domínguez Ruiz

 

 

 

 

Sentí que todo había acabado

entre tanto mi carne moría en la suya

y el deseo de un nosotros, solo supo a peligro. 

 

Saboree lo salado del mar en cada beso. 

Las caricias por doquier deambulaban sin sentido 

y en el desequilibrio de un amor fúnebre 

pareciera desquiciada y a la vez mujer. 

 

Sentí la locura más cuerda prisionera de sus brazos 

anclada a su cintura no hubo proa ni popa 

y aquel puerto seguro

quedó sin amarras,  al ocaso de un velero. 

 

Hoy le he amado con temor, pero le he amado 

rota como la última gota de sudor al caer en mi seno 

el vientre sin prisa hubiera albergado más besos 

y en el orgasmo azul de este amor de cristal 

le hubiese seguido amando, incluso al saberlo lejos. 

 

Hoy sentí que el tiempo me hablaba de amores prohibidos. 

Me susurraba su nombre al compás de las manecillas del reloj 

y al conteo regresivo  de un abrazo 

sentí las ganas de amarle, incluso con miedo.