Y con promesas de regreso partió.
Inmersa en la lejanía, por las sendas
de las caracolas y los chacales.
Tal vez haya sido por la rosa
de Rilke, tal vez, tal vez…
…pero trepé tu ventana y vi a la
gárgola que hace de tope en la
fachada llorar desconsoladamente.
Aun teniendo la sapiencia del gurú
he llorado y lloro [como la gárgola
y eso que dicen que las estatuas no lloran].
Oh, dulce criatura imitadora
de la sombra del gato, yo; recojo las
cáscaras de las naranjas del suelo,
he esmerilado el formón para dar forma
a la cruz de madera con la que todos verán
que fuiste cristiana y albacea del encanto
y la canción de cuna del pirata y el eco
retornado del emigrante y fuiste todo, todo
para mí y para esta maldita vida, apenas nada…