Ana Guacimara Hernández
Ana Guacimara Hernández Martín

 

Las amarguras no son amargas

cuando las canta Chavela Vargas

-Joaquín Sabina-

Chavela conoció la amargura intacta,

la que descose estos versos tildados

de alguna melodía inocua 

que recorría las cantinas, las desgarraba,

atrayendo los viejos dolores

que pernoctaban en su cama,

bajo taquicardias y almohadas 

que gritaban en la noche.

 

Chavela emanaba tristeza

transparentándosele el cuerpo, la vida, 

tal y como era.

Lloraba, amaba, lloraba,

pero siendo Chavela, solo ella,

en una resaca consciente, decidida,

que entonaba, modulaba...

¡Ay dolor! 

 

¡Quién pudiera cantar, vivir, llorar, reír,  

y en pedazos mantenerse de pie, 

cómo lo hacía Chavela!