Qué bella estaba la flor
cuando la miraba la aurora,
con su corazón dorado
y sus pétalos de espuma.
La tocaba con deseo
para ver si la quería,
ahora sí, ahora no
a la flor ella le decía.
Los pétalos lloraban
y el corazón se moría,
ella sola se quedaba
en la oscuridad vacía.
© Isa Hdez.