Visten las calles rocas negras,
desprotegidas de telones de encaje y ligas al final de sus tobillo.
Están las rodillas sobre la tierra árida.
La herida en la piedra.
La esquina sin techo.
Visten los árboles mis cabellos y el tiempo.
Lo blanco de la melena y lo azul de aquel vestido.
Van las calles sin corbata, desprotegidas,
sin piernas
sin ropa...
Voy descarada y sutilmente bajo los portales,
desnuda de trapos
y calcetines que arrastran el pasado sombrío.
Van las calles bajo la lava de un volcán que duerme tras los cañaverales
de un país fantasma.
Voy por esas calles y van ellas descalzas,
taconeando pisadas rojas.
Y voy de azul sin mi vestido
...y van las calles; sin corbata.