david-morales
david-morales-perez
David Morales Pérez

 

 

 

 

 

Sobre el manto de falsa
dorada arena,
me abraza un día doblemente claro,
mientras bandadas
de pájaros vuelan sin rumbo.
Resuenan olas, niños y graznidos
al son de un pecho
agradecido, en calma.
¿Qué palabras me quedan
por cantar?
¿Qué palabras no
escuchó ya?
En un momento duermo,
la oigo hablar
y nada es más real.
En un momento me despierto,
ante la sonrisa del día
y la mirada del mar.