Asuncion-Cívicos-Juarez
Asunción Cívicos Juárez

Tu hija, la más pequeña, acaba de hacerte abuelo. Ya cumplió veintinueve años sobrados, los mismos que tenías tú cuando decidiste que una bala era la respuesta a tu desesperanza, el único modo de acabar con tanta sinrazón. Los mismos años que han pasado desde aquella madrugada que se vistió de luto para llamar a mi puerta y darme tu adiós definitivo.

Hace unos días “un rayo de sol” te trajo de nuevo a mi anestesiada memoria y aquéllos Diablos, aguijonearon con sus notas el recuerdo de nuestro primer guateque y de mi primer baile para festejar, con el esplendor que se merece, mi adolescencia recién estrenada.

Ya hace veintinueve años, y aquella bala me dejó huérfana de tu cariño, de tus bromas, de nuestras confidencias, de nuestros juegos de infancia…

Y tu marcha me trajo una desolación desconocida. Y sentí que me quedé sola, con la culpa impregnada en la piel, sudando interrogantes y palpando los surcos que deja el agua salada.

Aquel veintiuno de noviembre de mil novecientos ochenta y tres  me vestí de desamparo y se me llenó el alma de remiendos. Aquel día, las cortinas negras del alba escondieron al sol y supe que ya nunca volvería a subir al altar sostenida por tu brazo. Y sé que nunca más volverás a escribirme la dedicatoria que más te gustaba: a la hermana más  “very chachi and beautiful gulimin stón”.

 

Cosas imposibles con una amor posible (2013), Ed. Escuela Canaria de Creación Literaria