“El ciclo “Filósofas en la Historia” se organiza porque hay una constante, y no sólo afecta a la Filosofía, también a la Literatura, a las Ciencias Sociales, a la Política, que ha sido invisibilizar la contribución de las mujeres en la Historia de la Humanidad.”
“Siempre se ha dado más espacio a las mujeres en la poesía, en la novela; en cambio, la Filosofía se ha mantenido como un baluarte muy masculinizado.”
“Ahora lo más preocupante es que hayan surgido todos esos partidos y movimientos con gran apoyo económico, también en los medios de comunicación, con una agenda que va contra los derechos de las mujeres y que intentan desactivar toda la potencia emancipatoria de un movimiento social y político como el feminismo.”
La filósofa María José Guerra Palmero, catedrática de Filosofía Moral de la Universidad de La Laguna, coordina el interesante ciclo “Filósofas en la Historia” que se celebra en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, ubicada en la calle San Agustín, 23, en La Laguna, durante el mes de mayo hasta el 7 de junio de 2023.
Con la sorimba bailando en el aire lagunero, una tarde de mayo nos encontramos con la filósofa María José Guerra Palmero (La Laguna, 60 años) en un salón antiguo y señorial de la Económica. María José es catedrática de Filosofía Moral de la Universidad de La Laguna. La que fue consejera de Educación del Gobierno de Canarias posee un amplio currículo como docente e investigadora, y ha publicado numerosos libros y artículos. También ha sido editora. Sus líneas de investigación incluyen la teoría ética y política contemporánea, la teoría feminista y la ética aplicada, especialmente, la bioética, los estudios migratorios y la ética ecológica.
María José Guerra, filósofa, comprometida con el feminismo y la educación, coordina este ciclo “Filósofas en la Historia”.
Pregunta. ¿Por qué celebrar un ciclo de conferencias sobre filósofas? ¿Qué valor tiene para nuestra sociedad?
Respuesta. “Filósofas en la Historia” se organiza precisamente porque hay una constante, y no sólo afecta a la Filosofía, también a la Literatura, a las Ciencias Sociales, a la Política, que ha sido invisibilizar la contribución de las mujeres en la Historia de la Humanidad. Desde este punto de vista, hace bastantes décadas, estamos reivindicando una revisión del canon de la Filosofía que habitualmente va de Sócrates, Platón, Aristóteles, a Nietzsche, Sartre, Ortega. Contemplar, pues, la contribución de las mujeres, teniendo en cuenta que siempre fue muy difícil porque la mayoría tuvo grandes problemas para acceder a la educación. Pero lo que sí es cierto es que en cada época nos encontramos con una serie de figuras, -cuánto más antiguas, más desdibujadas en la Historia- como, por ejemplo, Aspasia de Mileto, muy conocida por ser pareja de Pericles, que fue una influencia muy importante nada más y nada menos que para Sócrates.
Hipatia es otra figura del periodo helenístico de la que se tiene más referencias y que desgraciadamente acaba su vida en una tragedia porque es martirizada precisamente por ser una filósofa, una científica, una librepensadora, por parte del cristianismo más dogmático y fanático. Y así, en la Edad Media, en el Renacimiento, en la Revolución Científica, en la Ilustración hasta nuestros días, vamos encontrando figuras enormemente interesantes que han sido invisibilizadas, borradas, silenciadas. Y, sobre todo, quizás la oportunidad más concreta es que en la nueva Ley Educativa se incorpora la perspectiva de género y algunas de las mujeres a las que vamos a dedicar una conferencia están recogidas en ella. Es muy importante que lo conozca el profesorado y también el alumnado de Bachillerato.
P. ¿Se renueva el currículo de Filosofía?
R. Justo para el curso próximo. Por eso nos hemos anticipado, porque es importante que haya materiales didácticos. Por supuesto que las conferencias son sólo una mera introducción, pero es ponerse en ese contexto para desarrollar luego el pensamiento griego, el pensamiento medieval, el pensamiento renacentista o moderno, contando también con las aportaciones de algunas mujeres que, a pesar de lo difícil que era todo, lograron contribuir y marcar con su presencia y con su obra la Historia.
P. Muchas de ellas fueron también escritoras.
R. Esa es una cuestión muy interesante, por eso a veces he utilizado el concepto pensadora que el estrictamente filósofo o filósofa. En un momento se suponía que la filosofía tenía que ver con proveernos de un sistema de pensamiento en todas sus variantes: la Teoría del Conocimiento, la Ontología, la Ética y la Filosofía política están mucho más ligadas en el pensamiento de las mujeres a la escritura. Por ejemplo, Olympe de Gouges que va a ser una figura histórica y políticamente decisiva al plantear la “Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, era una dramaturga, es decir, sobre todo fue conocida por las obras de teatro que eran enormemente provocativas para la época, en las que además pedía la abolición de la esclavitud. Era muy crítica con el colonialismo y con esa institución bárbara de la esclavitud, sobre todo de las personas negras. Y básicamente es la fundadora política del feminismo, con sus reivindicaciones de igualdad y libertad para todos, que la Ilustración y la universalidad fueran de verdad coherentes y se aplicaran a toda la Humanidad.
P. ¿Qué vida tuvo Olympe de Gouges?
R. A Olympe de Gouges la guillotinaron con 45 años, precisamente por ser muy crítica y no estar de acuerdo en ese momento con los líderes de la Revolución francesa. Ella era girondina, no jacobina, y en ese sentido, Robespierre y otros radicales supuestamente igualitaristas, acabaron con su vida. Así que tanto en el caso de Olympe de Gouges como en el de Hipatia, de la que hablábamos antes, se paga muy caro lo del librepensamiento. En dos épocas históricas no ha sido nada fácil romper con todas esas estructuras patriarcales que tenían sometidas a las mujeres.
P. Entonces, ¿no fue Mary Wollstonecraft la primera que escribe un libro sobre los derechos de la mujer?
R. Incluso ahora que estamos rebuscando, hay muchísimas más. Por ejemplo, ya en el ciclo se ha tratado de Christine de Pizan por parte de Dulce González Doreste y nos encontramos a una humanista que la podemos considerar protofeminista. De hecho, se enfrenta a la misoginia medieval y habla de la dignidad y de la excelencia de las mujeres, con lo cual quizás podríamos llamarla una protofeminista, entendiendo que el feminismo surge cuando ya la Ilustración pone sobre la mesa la idea de igualdad entre todos los seres humanos.
Incluso antes, en la época de Montaigne, quien tiene una gran discípula, Marie de Gournay que fue muy conocida en su época y que luego la historiografía la dejó al margen.
En la Ilustración están todas esas mujeres que escribían, que mantenían los salones ilustrados, que era la Universidad paralela de la época, porque la Universidad estaba cooptada por el pensamiento dogmático y por el pensamiento religioso. Y los librepensadores se comunicaban en los salones que determinadas mujeres, burguesas o aristócratas, organizaban semanalmente para que la conversación fluyera y había salones más moderados, otros más radicales, y esto era una sociedad de mujeres y de hombres.
Así que realmente el panorama es muchísimo más amplio. Por ejemplo, Émilie de Châtelet de la que se habla en el Ciclo, relacionada con la Revolución Científica, y que fue durante un tiempo compañera de Voltaire. Es decir, que esto es simplemente destapar una olla en la que al principio salen las figuras que han tenido más impacto, pero luego vamos reconociendo otras mujeres en las que concurren básicamente las circunstancias de estar en esos círculos intelectuales, muchas veces por relaciones familiares o por relaciones de pareja, y sobre todo, poder haber accedido a una educación. Por lo tanto, la procedencia de clase es de mujeres privilegiadas. De hecho, las ilustradas, como Olimpe de Gouges y Mary Wolstonecraft, lo primero que van a pedir es educación para las niñas. La educación para las niñas es el punto de partida del feminismo ilustrado.
P. ¿Fue la de Simone de Beauvoir la teoría seminal del feminismo?
R. En el siglo XX, 1949, a pesar de que Beauvoir tiene referencia, por ejemplo, de Olympe de Gouges, sí nos damos cuenta de que ella de alguna manera empieza a hablar de la cuestión de la subordinación de la mujer como prácticamente si fuera la primera que está hablando. Y esto es un efecto de ese proceso histórico de recepción crítica que ha ido borrando los testimonios de las mujeres a lo largo de tantos y tantos siglos. Así que aquí hay una intencionalidad muy clara de que tenemos que recuperar ese hilo conductor fragmentado por el olvido, pero también por muchos acontecimientos. Y, sobre todo, porque ha habido siempre una resistencia enorme a escuchar y a tener en cuenta la voz y el pensamiento de las mujeres, es decir, ese prejuicio misógino lo encontramos en toda la recepción crítica y en toda la Historiografía de la cultura, no sólo de la Filosofía, pero quizás en Filosofía el prejuicio ha sido más agudizado que, por ejemplo, en Literatura. Siempre se ha dado más espacio a las mujeres en la poesía, en la novela; en cambio, la Filosofía se ha mantenido como un baluarte muy masculinizado.
P. ¿Qué significa ser feminista? ¿Qué es el feminismo hoy?
R. En este recorrido histórico, efectivamente, hay determinadas figuras que ya están blandiendo esa reivindicación de la igualdad, pues son o protofeministas o ya feministas. En el caso de Simone de Beauvoir, tenemos una pensadora que ya se identifica como feminista. El caso de Mary Wollstonecraft, en plena Revolución francesa, también. Efectivamente, en el pensamiento de las mujeres, en la historia occidental hay esta formulación, sobre todo de un feminismo de la igualdad, de un feminismo que aspira a tener los mismos derechos; y a que esas ideas ilustradas de la libertad, de la solidaridad y de la igualdad sean realmente universales. Y no sólo una serie de privilegios para el sector masculino, para el sector de los hombres.
Así que ese es el motor, diríamos de todo lo que ahora llamamos políticas de igualdad. Acaba de pasar el 1 de mayo. La brecha salarial todavía existe en muchos sectores, las mujeres cobran menos que los hombres, están infrarrepresentadas, es decir, una lucha por la igualdad social, que es otra cara de la justicia social.
P. ¿Cómo es el feminismo hoy?
R. Históricamente, si se parte de la idea de igualdad, lo que ocurre en las últimas décadas del siglo XX y en las del actual siglo, es que hay una intersección de temáticas muy potentes con el feminismo, por ejemplo, el antirracismo, o todo el asunto ligado a la diversidad sexual, es decir, hay una complejidad que viene dada también por diferentes luchas vindicativas. Por ejemplo, las de coloniales o poscoloniales. Esto, por supuesto que abre polémicas, pero en el caso de Olympe de Gougous su primera causa fue la abolición de la esclavitud. De alguna forma la coherencia hace que la idea de la universalidad, entendida como el respeto y la dignidad de todos los seres humanos, pues trabaje de esa manera, no importando el color de la piel, la raza, el continente de procedencia, la orientación sexual o de género, etc. Es decir, que la idea sobre todo de igualdad de derechos yo creo que es un núcleo absolutamente básico.
P. ¿A qué se debe que haya distintas visiones entre las feministas y eso provoque que haya tiranteces entre ellas?
R. Yo creo que se puede analizar de muchas maneras. Hay un cambio generacional muy fuerte. Y estamos en un mundo bastante tensionado, precisamente porque en las últimas tres décadas el neoliberalismo ha generado muchísimas más desigualdades, falta de reconocimiento y en ese sentido, hay muchas brechas, muchísimas tensiones que abordar. Las generaciones del “Me Too” son las que han denunciado con mayor fuerza la violencia sexual, el acoso sexual en el trabajo. Y también hay radicalizaciones para que, por ejemplo, las instituciones, las universidades, las empresas aborden de verdad lo que tiene que ser una tolerancia cero con las violencias machistas.
Así que es una dinámica histórica y como tales están abocadas a conflictos y también muchas veces a retrocesos. En la historiografía feminista se habla de las olas. La primera ola sería las sufragistas por el voto, por la educación. La segunda ola tendría que ver con la exigencia de derechos sexuales y reproductivos, partiría en los años 60 y teniendo esa obra de Simone de Beauvoir como referencia. Ahora se habla de la tercera, incluso de la cuarta ola ligada a esta denuncia radical de la violencia sexual, sobre todo, porque el ámbito de la sexualidad es un ámbito enormemente contestado y en tensión en nuestras sociedades. Es una asignatura pendiente en lograr un tipo de igualdad sentimental y sexual.
Y vemos que hay retrocesos en asuntos ligados a los derechos reproductivos. Por ejemplo, en Estados Unidos, el derecho al aborto. Es un momento especialmente tensionado, pero tampoco nos tenemos que olvidar que las últimas décadas han sido de avances. Y han sido tales esos avances que hay ahora poderosas fuerzas que pugnan por el retroceso, la vuelta a la familia tradicional. Y la agenda de la ultraderecha es claramente antifeminista.
Las tensiones son un signo de los tiempos, siempre han estado.
Quizás la diferencia ahora es todo se expone en las redes sociales y todo se hace de una manera muy cruda, incluso a veces grosera en Twitter y en este tipo de expositores, porque siempre ha habido confrontaciones verdaderamente duras. Eso no es una novedad. La novedad, pienso yo, es el nivel de exposición y que antes esto quedaba oculto a la generalidad de la opinión pública y ahora está en el centro del debate. Pero eso hay que entenderlo también como un logro.
P. Se ha logrado mucho pero hay que seguir avanzando.
R. La sexualidad y la reproducción son dos caballos de batalla importantes y ahora lo más preocupante es que hayan surgido todos esos partidos y movimientos con gran apoyo económico, también en los medios de comunicación, con una agenda que va contra los derechos de las mujeres y que intentan desactivar toda la potencia emancipatoria de un movimiento social y político como el feminismo.
CICLO “FILÓSOFAS EN LA HISTORIA”
Real Sociedad de Amigos del País de Tenerife. La Laguna