Un abrazo observado a cámara lenta,
nos cuenta,
cuántas emociones y sentimientos
habitan en esos momentos
a las personas
que se entrelazan en un coqueteo.
Emociones de cariño y alegría,
emociones de seducción y pasión,
emociones de ligereza y amor,
emociones de traición e indiferencia.
Seres intercambiando emociones
y sentimientos ligeros y sutiles,
cada uno con su silencio,
haciendo vibrar sus cuerpos
en una danza de chispas
que iluminan el cielo
con fuegos y destellos de mil colores,
porque su unión es armonía
y guardan en su corazón la alegría.
Seres intercambiando emociones
y sentimientos de seducción y pasión,
producen una llama de frenesí,
creando un corazón rubí,
para hacer vibrar las cuerdas
de mil violines,
entre susurros y palabras.
Seres intercambiando emociones
y sentimientos de traición e indiferencia
se entrelazan en la perfidia,
apagando los colores
y destellos
de una noche estrellada.
Un abrazo debe tejerse con
con lazos de amor y delicadeza,
no con lazos de tibieza,
para que la danza de esas almas
cobre vida y sus colores brillen
bajo el hechizo de la luna llena.
El tiempo se ha detenido,
entre caricias y miradas
porque el abrazo
ha culminado
con la unión de dos almas.