María Ángeles Carretero Casar
María Ángeles Carretero Casar

Felicidad, flor solitaria que nace

en las aguas profundas y turbias

del alma que se despierta 

al dulce aroma de la existencia, 

con misteriosos lazos y amables brisas,

sellando el vínculo sagrado de la vida.

 

Felicidad, diamante que nace 

en las entrañas de los corazones

donde el crepitar del fuego 

rompe las heladas cadenas 

liberando la luz en mil colores.

 

Felicidad, esencia de estrellas solitarias,

que transitan por la vida cargadas de enigmas,

tesoros de luces y alegrías,

cofres de sombras y tristezas, 

brillando como el sol y la luna

a través de la fuerza de la experiencia.

 

Felicidad, fragancia y extracto de vida y energía

que debemos acariciar y custodiar

para no perder ni un instante de vida

ignorándola o matándola en la pena

porque si la ignoramos o la matamos,

ahogamos nuestra alma en nuestra propia desidia. 

 

Felicidad, flor, diamante, esencia y vida

nace en el corazón de aquel que ama

y lucha cada día contra cadenas invisibles

que matan la vida, 

pero renace con la fuerza infinita y eterna 

que nos recuerda 

con su fragancia nuestra esencia divina.