En Alas de maresía, Ana Tejera Aguiar camina por la orilla, se asoma al abismo del océano, escucha el seseo de las olas y observa con atención el vaivén de las mareas. Lo que traen, lo que llevan, arrastran, hunden y rescatan de naufragios.
Es un libro que invita a la reflexión sobre la soledad y el aislamiento del hombre de la misma forma que Friedrich Nietzsche reconoció que la vida humana estaba plagada de dolores tanto físicos como espirituales, inmersa en la soledad. Pero a la vez ese aislamiento creía que se podía superar por medio del despliegue del valor de la vida medido por la voluntad del individuo