Esta mujer de vivencias y piel usada que habla, sueña a veces con nacerse libro.
Un libro que sepa hacer croché con las palabras más vibrantes y que cuente, al menos, los cuentos de mil y dos noches.
Oh, sí. Quisiera ser un libro regio, con restos de polvo de los estantes de Petrarca… o de Garcilaso.