Me sumerjo en el existir en paz
“La paz comienza con una sonrisa” (Teresa de Calcuta)
Reflexión: Ciertamente, la paz puede comenzar con una sonrisa, aclarando que dicha sonrisa nace primero desde nuestro interior; cuando ese sentimiento es consciente, no importa lo que suceda en el mundo, sí existe en nosotros una paz producto de nuestra voluntad y convicción, no seremos influenciados negativamente por lo externo que es aquello que no podemos controlar. Pero sí podemos elegir lo que nos ocurra internamente, eso está en nuestras manos.
ME SUMERJO EN EL EXISTIR EN PAZ
bordando el tejido de las semanas para palpar su misterio.
Se abren de par en par las compuertas de la vida,
las sendas de espigas de trigo,
los recónditos manantiales de pan y de luz…
De sus secretos salones,
al alcance de todos en un ensueño real,
se manifiestan las ocultas profundidades de su seno
que nos cobija amoroso,
encendiendo la lámpara que dormita en los confines
para que su claridad astral nos toque.
Nacerán, entonces, de una flor incandescente,
los reinos que les indicarán el camino
percibido solamente con los ojos del espíritu…
¿Qué nos llama? ¿Qué nos resuena a veces
en la fantástica melodía del tiempo?
Nos vestiremos desnudos con el ropaje de la alegría
abrazados de PAZ,
pues nos espera no sé qué protección
a la vuelta de la esquina.
Parece un ajedrez mágico.
Iremos con mano firme moviendo las fichas,
pero suavemente,
para no perturbar la armonía.
Nada existe y todo existe en la real irrealidad.
Caminaremos sobre y dentro de la melodía del universo.
Y…
Regresarán las caricias eternas de todos los sentimientos
que nos esperaban en nuestra casa,
regresarán las oscuras golondrinas de Bécquer,
caricia a vuelo libre hacia nuestros labios
con una lluvia limpia y primigenia,
vuelo a caricia,
beso a vuelo, volverán siempre a nuestro ser…
Caricia a vuelo,
vuelo…, a caricia…, a beso en paz...
Del poemario TERCER POEMA INTERMINABLE (Alegorías en blanco y negro).
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