La comedia es uno de los subgéneros teatrales recuperados del teatro grecolatino en el Renacimiento. La Comedia del Arte nace a mediados del siglo XVI y pervive hasta comienzos de s. XIX.
Es un teatro popular que estimula los primeros casos de profesionalización teatral, en el que los actores pasan de vivir de la caridad a realizar un trabajo remunerado y los dramaturgos empiezan a vivir de su talento artístico. Se crean las primeras compañías de teatro itinerante (entre 1575 y 1625) cuyos nombres se toman de las academias culturales. Así tenemos a los «Celosos», los «Ardientes», los «Confidentes», los «Deseosos», los «Fieles», los «Unidos» y la compañía de Zan Ganassa, uno de los primeros y más populares Arlequines.
Se introduce la cortina en sus espectáculos a modo de telón de fondo, y basan su puesta en escena en el canovaccio, es decir, la improvisación con base en un texto previo. Sus personajes son arquetipos —sea la obra que sea, siempre los personajes se comportan igual y visten de la misma manera— y además llevan máscaras y vestuario al estilo carnavalesco. También realizan algunas acrobacias en el escenario.
Uno de los arquetipos de la Comedia del Arte más reconocibles es el de Arlechino, o Arlequín, un personaje que lleva un traje ceñido al cuerpo, hecho de trozos de telas de muchos colores. Arlequín, heredero directo del bufón medieval, representa al personaje popular, al inmigrante que llegaba a las ciudades en busca de trabajo. También son muy conocidos su novia, Colombina, así como Polichinela y Pantaleón.
Los personajes de la Comedia del Arte fueron fuente de inspiración para autores teatrales contemporáneos o posteriores como Lope de Rueda, Lope de Vega o Cervantes en nuestro país, y Moliere y Shakespeare fuera de nuestras fronteras, todos ellos escritores del siglo XVI y principios del XVII.
Repasemos a nuestros principales autores de teatro renacentista:
1. Juan del Encina (1468-1529). Fue un dramaturgo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento y sus temas principales fueron la religión católica y la mitología grecolatina. Escribió autos y obras a las que denominó églogas.
2. Lucas Fernández (1474-1542). Fue un dramaturgo que escribió obras de contenido religioso, pastoril y profano. Principalmente, produjo farsas, comedias y autos.
3. Bartolomé de Torres Naharro (c. 1485-1520). Fue un dramaturgo que incorporó las reglas y los subgéneros clasicistas y que escribió principalmente comedias y tragicomedias.
4. Miguel de Cervantes (1547-1616). Fue un autor que se destacó más en la narrativa, pero también produjo obras dramáticas. Comenzó escribiendo tragedias y comedias y, más adelante, entremeses. Sus obras más relevantes son: El cerco de Numancia; El trato de Argel, y El retablo de las maravillas.
5. Cristóbal de Virués (c. 1550-1609). Fue un dramaturgo que produjo principalmente tragedias que seguían las normas de los autores griegos Sófocles y Eurípides y que versaban sobre la historia española y mitos grecolatinos.
6. Lope de Rueda (1505-1565). Fue actor y empresario, además de dramaturgo; se destacó en la escritura de comedias, pasos y entremeses populares.
7. Juan de la Cueva (1543-1612). Fue un dramaturgo que escribió tragedias y comedias que versaban sobre la historia española, historia y mitología clásica y temas novelescos de la época.
En relación con el género de la tragedia, se utiliza para evidenciar lacras sociales, y con críticas al absolutismo de Felipe II, por ejemplo, pero este género no es del agrado mayoritario del público en su versión clásica, por lo que en nuestro país generalmente se adapta a las exigencias del perseguido éxito escénico.
Y ante el fracaso del género, esta perspectiva clásica es radicalmente abandonada en el siglo XVII, donde el talento de Lope de Vega se aparta de las normas que sabe desfasadas, contribuyendo a idear una tragedia sustentada por la palabra y la articulación de la acción, donde la intriga reside en cómo se llegará al desenlace esperado. Según sus propias palabras: «tragedia escrita al estilo español».
La tragedia abandona cánones antiguos para humanizar conflictos y personajes, estructurándose en torno al enfrentamiento y la elección entre dos fuerzas antagonistas como libertad/destino, amor/honor…
Hemos de destacar, no obstante, las obras El trato de Argel y El cerco de Numancia, de quien se consideraba su rival en esos momentos, Cervantes.
De ellos y de otros importantes autores seguiremos hablando en próximas entregas.
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